¡Choko se une a las reivindicaciones! |
¡Hola! Hoy os traigo una entrada algo diferente, fruto de todo el tiempo y de todos los tipos de juegos otome que he jugado en los últimos años.
Podríamos llamarlo reflexiones o también quejas, según queráis mirarlo.
Hablaré de esas cosas que se repiten en los otomes y que, o bien frustran o bien enfadan, porque no tienen que ver con la realidad o se normalizan cuando no deberían. Clichés y otros fenómenos "típicos" de otomes ¿que tal vez habría que cambiar...?
Vamos a verlo.
Con esta entrada no quiero estigmatizar a todos los juegos otome, ni mucho menos. Hay juegos muy buenos y por eso sigo disfrutándolos, pero también es verdad que hay otros que pecan de algunos o muchos de los puntos que pondré a continuación. Incluso los buenos juegos a veces pecan de algunos de ellos. Trataré de poner ejemplos de los casos que vaya tratando, para que los entendáis mejor:
1- La protagonista sin cerebro
Creo que, sin duda, este es el "pecado" que más comenten los juegos otome. Todos nos hemos encontrado alguna vez con una protagonista que no sabe distinguir la derecha de la izquierda y, en consecuencia, toma malas decisiones (o directamente no las toma) o hace cosas que no tienen ningún sentido (o directamente no hace nada). Esto me hace cuestionarme qué razón tienen los chicos guapos, inteligentes y exitosos que la rodean se fijan en ella como si fuera la Venus del universo.
El ejemplo más claro para mí, y razón por la que la serie en la que aparece haya sido un desastre en muchos aspectos a pesar de su potencial, es la odiada Nanami Haruka de Uta no prince-sama. Un anime que no sólo cuenta con seiyuus, música y personajes excelentes, sino que mueve masas por todo el mundo... y tiene una protagonista que podría ser reemplazada por un jarrón en muchas ocasiones y nadie notaría la diferencia. Otro ejemplo podría ser Komori Yui, de Diabolik lovers, una chica que va pasando de mano en mano entre los vampiros como si fuera una bolsa de sangre andante y que se olvida de buscar una salida aún cuando se le presentan las oportunidades. También podemos incluir a Yukimura Chizuru, de Hakuouki, que, aunque no tan sin cerebro como las otras dos, se siente que los chicos, la época y las situaciones que vive le quedan muy grandes y no suele estar a la altura. Hay mucho otros ejemplos, sobretodo en otomes de móviles de los más cliché y centrados sobretodo en darnos escenas subiditas de tono y donde las protagonistas no suelen tener ni poder de decisión ni amor propios.
2- Cuando dices "no" y ellos entienden "sí"
Por que a veces parece que en los otome se habla otro idioma diferente y por más que la chica diga que no o se niegue a hacer algo (me da igual que sea por vergüenza, inseguridad o por que no le da la gana), el chico entiende que le está dando el visto bueno o se está haciendo de rogar. No faltan escenas de "tu boca dice una cosa, pero tu cuerpo dice otra" o "aunque digas que no, sé que te gusta" y un largo etcétera de situaciones donde el chico realmente debería entender que "no" es "NO" y que no debería darle la vuelta a la situación porque a él le convenga. Este "error" del significado de una palabra tan sencilla puede llevar a escenas realmente desagradables donde el chico se pasa de la raya y hace un daño irreparable a la protagonista y que, por ende, nos hace sufrir a los lectores.
Y no digo que no haya ocasiones donde la chica sí se haga de rogar como parte del "juego", pero que lo expresen de otra forma, con respuestas picando o provocando al otro y no con un "no", que tiene que significar eso y sólo eso. Si el chico escucha esa palabra y se para y pregunta qué pasa o por qué, entonces vamos bien, pero si sigue como si nada y encima le quiere dar la vuelta al asunto... pues mal vamos.
Creo que el mayor problema de este tipo de escenas es que habrá gente que pueda creer que en la realidad es lo "normal" o que los chicos se comportan así en todos lados... y nada más lejos de la realidad. Es ficción y puede gustarte una escena picante más o menos, pero en la realidad hay que dejar las cosas bien claritas.
3- El síndrome de la chica hipertrabajadora
Este no sería un problema en sí mismo si sólo contáramos con el hecho de que la protagonista tiene un trabajo, es independiente y lleva las riendas de su propia vida. Todo eso es admirable y da gusto leer la historia de una chica que tiene sueños y aspiraciones laborales y no piensa sólo en casarse, tener hijos y servir a su marido. Hasta ahí bien, pero las protagonistas de muchos otome pecan de exceso de entusiasmo y concentración al trabajar y suele ser razón de que se pongan enfermas, se olviden de comer y dormir y acaben desmayándose. Y pasa en muchos juegos, os lo aseguro. No sé qué les entra de repente, que se vuelven máquinas de trabajar y están hiper convencidas de que tienen que darlo absolutamente todo de ellas, hasta su salud si hace falta.
Un ejemplo es la protagonista típica de los juegos de Voltage. Normalmente están cortadas por el mismo patrón (sobretodo en los juegos más antiguos) y pecan de ser hipertrabajadoras que, en alguna ruta o en todas, acaban desmayándose o poniéndose enfermas. Recuerdo que, por ejemplo, a la protagonista de My forged wedding solía pasarle esto con bastante frecuencia. Y tiene un poco de sentido, porque tenía dos trabajos: camarera y diseñadora floral.
4- Los celos y la posesión significan amor
Este caso también es un clásico. ¿Quién no ha leído alguna vez en un otome frases como "no quiero que mires a otros hombres"; "no te pongas eso delante de nadie que no sea yo"; "no hables con otros hombres o no hables de otros hombres delante de mí" o "me gustaría encerrarte en algún sitio para que nadie más te viera"? ¿Y cuántas veces no han ido seguidas por un "lo hago o lo digo por que te quiero mucho"? Esto también incluye el típico "sé mía" o "no la toques, ella es mía", como si la chica fuera un objeto y no tuviera derecho a decidir. Lo que lleva también a situaciones donde dos chicos se pelean por la chica y hablan de ella como un trofeo o hacen competiciones para "ganarla" y ella no tiene absolutamente voto en el asunto. A lo mejor no quiere quedarse con el ganador y directamente quiere pasar de los dos por ser estúpidos e infantiles... pero, claro, no nos dan esa opción, porque debe sentirse halagada de que dos maromos se peleen por ella en esas condiciones...
Pues bien, los otome tienen esa "costumbre" de hacer ver que los celos o la posesión son sinónimo de amor... cosa que, seamos sinceros y lógicos, no tiene ningún sentido. En el momento en que tu pareja te prohíbe hacer o decir algo o llevar tal ropa, está tratando de controlarte y restringir tu libertad. Los celos no son buenos en ninguna medida ni con ninguna excusa y mucho menos como forma de expresar amor. El que siente celos es porque tiene inseguridad en sí mismo o no confía en la otra persona y eso lo lleva a querer controlar y gobernar la vida del otro para sentirse más "tranquilo".
Uno de los casos más claros y horribles que he leído fue la ruta de Akito en My princess closet. El tipo era tan celoso y posesivo que acabó metiendo a la protagonista en una jaula gigante de pájaros y no la dejaba salir sin su supervisión. Y, oye, ella tan feliz porque así no lo preocupaba y además, ¡le estaba demostrando cuánto la quería y cuánto se preocupaba por ella! Sí, la imagen de la izquierda es totalmente real y el colega ponía esa cara cuando le explicaba a la protagonista lo buena idea que era tenerla allí metida para que nadie pudiera verla. La ruta completa de este tipo no tiene desperdicio en cuanto a abusos y es un caso grave de bipolaridad que debería estar en un manicomio.
Otro claro ejemplo sería Toma, de Amnesia, que también tiene un episodio con un una jaula cuando se vuelve hiperprotector con la protagonista a pesar de que tenía ese aire de hermano mayor protector y comprensivo maravilloso.
Pero el colmo es Torikago no marriage. Este juego nos presenta a una chica que ha perdido a su familia y un amigo de su padre la acoge. Él tiene dos hijos y decide que ella se case con uno de ellos, quién heredará su fortuna. Ya de por sí es bastante malo que restrinjan tus opciones a enamorarte de quién te dé la gana y te obliguen a casarte con un desconocido, pero la cosa "mejora" aún más. Al principio los dos hermanos parecen normales y super majos, pero cuando ella empieza a salir con alguno de ellos, vemos la horrible realidad... El hermano mayor vive obsesionado con una foto de la madre de la protagonista cuando era pequeña y hará lo que sea para que la protagonista se convierta en su "muñeca", literalmente. Comienza a anular su mente y hasta a drogarla para que haga sólo lo que él quiere, encerrándola, vistiéndola como una muñeca y acostándose con ella cuando le apetece. Cuando ella trata de escapar o negarse, al tipo le da por chillar y llorar, pidiéndole que no lo abandone... Una joyita, vamos <.<
Por otro lado, el hermano pequeño tiene un complejo de inferioridad tan grande con su hermano, además de que su padre lo ignora, que decide desquitarse con la protagonista, convirtiéndola en su esclava sexual. Le hace todo tipo de prácticas bastante cuestionables y humillantes, hasta el punto de que la chica se vuelve medio loca y se plantea suicidarse.
Pues bien, cuando todo parece perdido y la protagonista está para el manicomio... ¡oh, milagro! El chico entra en razón, se arrepiente de todo lo que ha hecho y declara su amor incondicional por la protagonista... que lo cree y viven felices para siempre. <.< De verdad, el peor juego de la historia, ni os acerquéis a él. Y lo peor de todo es que es un "otome", un juego para chicas. ¿De verdad hay algunas mujer en el mundo que juegue esto y piense "oye, qué buen juego, qué buena historia, me gustaría que eso me pasara a mí"? Espero que no...
5- El verdadero harem inverso: todos tiran la caña
Por que sí, hay juegos donde te presentan a los chicos disponibles y luego eliges la ruta de uno para tratar de conquistarlo, centrándose en él. También los hay, como el caso de Love tangle, donde la ruta es doble al principio y luego eliges a quién prefieres. Pero también los hay, como My hotel romance o My fake marriage, donde la protagonista tiene acceso a todos los chicos y se convierte en un verdadero haren inverso. Ella puede ir saltando de uno a otro, besándolos o acostándose con ellos si quiere, y luego elige al que más rabia le da. Y, oye, los demás, aún sabiendo del ir y venir de la chica de unas manos a otras, respetan su decisión y todos tan contentos. Lo que critico aquí no es el hecho de la libertad que tiene la protagonista de elegir, lo cual es estupendo, sino que no debería jugar con los sentimientos de los chicos implicados, sobretodo porque no nos gustaría verlo al contrario.
Pero a veces también vemos cómo son los chicos los que no dejan de acosar a la protagonista, aunque ella no esté totalmente de acuerdo con los avances de todos. Por ejemplo, en el juego Double proposal esto pasa constantemente, sin importar la ruta que hayas elegido. Absolutamente todos los demás chicos se lanzarán a por la protagonista como si fueran animales en celo y ella la única mujer de la tierra. La besarán, abrazarán y tratarán de llegar más lejos si nadie los interrumpe, mientras ella no termina de encontrar la manera de decir "no" o darles un empujón, aunque esté locamente enamorada del chico de la ruta. Este tipo de chicos piensan que la única forma de expresar sus sentimientos y hacer que la chica los elija es asaltarla físicamente. Otros juegos parecidos son Several shades of sadism o 7 hotties all my husbands.
No estoy en contra de los triángulos (o demás figuras geométricas) amorosos en los juegos otomes, puede dar situaciones e historias muy buenas y apasionantes... pero todo tratado con buen gusto y respeto por la protagonista, por favor. Que no la traten como un trozo de carne sin sentimientos y piensen que la única forma de que los elija es ver quién la acosa más y mejor físicamente.
6- Cuando echas de menos una tercera opción
O una cuarta, dependiendo de cuántas opciones de decisión te den en el juego. Y es que a veces las opciones no cuadran con lo que "nosotras haríamos realmente". ¿Y si cuando el tipo al que la protagonista acaba de conocer le hace un kabedon y le mira con ojos melosos las única opciones son: 1- mirar hacia otro lado, 2- mantenerle la mirada o 3- decirle que se aparte? ¿Y si en ese momento creo que lo más adecuado es pegarle un empujón o una patada en la entrepierna? Eso, independientemente de las consecuencias porque, seamos sinceras, muchas veces las opciones son meramente aquellas que satisfacen al chico. Es decir, para ganarte su corazón debes elegir las opciones que lo hacen feliz a él, sin importar demasiado lo que la protagonista pueda querer o pensar al respecto. Así se toman la libertad de meterse en tu espacio personal, acosarte verbal o físicamente o hacer lo que les dé la gana, que la chica no osará levantar la voz o defenderse con demasiada credibilidad porque "¡por dios, es rico y/o famoso y super guapo, ¿cómo voy a hacerle un feo?! ¿Qué va a pensar la gente?" Todo esto está unido al siguiente punto de algún modo, cuando la protagonista prefiere dar un paso atrás y tragarse lo que piensa o asiente para no enfadar o molestar al chico.
En juegos como Several shades of sadism, 7 hotties all my husbands, Kissed by the baddest bidder, Scandal in the spotlight y otros de la misma temática y estilo, esta práctica se ve bastante a menudo. Lo que va unido a una protagonista con poca capacidad de decisión y bastante sumisa. Pero la palma se la lleva My fake boyfriend, juego donde las opciones son para echarse a llorar. En una ocasión, donde la protagonista no se había enterado de lo que el chico al que quería gustar le había preguntado, las únicas opciones eran: 1- sí, estoy dispuesta a vestirme de maid; 2- sí, soy una experta en masajes sexuales y 3- sí, quiero tener tu hijo. Literalmente, no me lo he inventado. ¿Para qué van a poner una opción de "perdona, ¿me lo repites" No, eso sería demasiado normal. Pues el juego está llenito de ocasiones así.
7- Pedir perdón en exceso
Sí, porque a veces las opciones de diálogo de la protagonista están llenas de "lo siento" o "pedir perdón", incluso en situaciones donde la chica no tiene que excusarse de nada. Parece el comodín para salir de una situación comprometida o para que el chico en cuestión no se cabree con la protagonista. En estos casos, hacerse a un lado y dejarlo pasar parecen ser las únicas opciones correctas si quieres llegar al final feliz.
8- Redentora de chicos malos
O lo que es lo mismo, la protagonista sufridora y mártir que tiene que aguantar con todas las mierdas del chico en cuestión porque ha tenido un pasado horrible lleno de traumas, es un antisocial intransigente o un mimado egoísta que hace lo que le sale de las narices.... Uff, ya respiro.
La protagonista está ahí básicamente para aguantar lo inaguantable, ya sea como insultos o abuso verbal, ser utilizada de cualquier forma que se le ocurra al tipo, ser humillada frente a otras personas porque ella no es rica, no tiene un estatus social similar o no tiene un gran trabajo o es directamente menospreciada por ser mujer o por su ¿"menor inteligencia"?
Podríamos decir que son las historias a lo Dysney, donde "el amor lo puede todo" y ella "cura" al chico malo o traumatizado con su paciencia, cariño y buen corazón. Que no digo que no sea romántico y bonito y hay historias donde esto se lleva con mucha delicadeza y buen hacer. Pero si me pones al protagonista masculino cazurro que hace sufrir a la chica un infierno hasta que por fin se da cuenta de que es el amor de su vida y que ha estado tomando decisiones equivocadas, pues, mira, a lo mejor a ella no le merece la pena pasar por todo eso.
Un ejemplo otome podría ser Tokugawa Ieyasu, de Samurai love ballad. Es un personaje que odio bastante cada vez que aparece en las demás rutas, porque se dedica a poner cara de angelito y a enjabonar a sus superiores, mientras maltrata verbal o físicamente a sus vasallos, gente que no le cae bien o de menor estatus... entre ellos la protagonista. No sé cuántos insultos diferentes le ha dicho y cuántas veces ha tratado de propasarse con ella. No me he jugado su ruta y ni pienso hacerlo, porque es un tipo del que es mejor huir. Hay gente que lo adora y dice que luego es super tierno y que en realidad es un tsundere y tal y cual. Me parece estupendo y lo respeto, pero no es para mí.
9- Formas inverosímiles de crearte un harem
Hablando de los comienzos y prólogos de muchos otomes que, francamente, están salidos de mentes con mucha imaginación o falta de ideas lógicas y reales... quitando, por supuesto, que la idea de que un montón de tíos guapos, con dinero y fama se interesen por ti cuando ayer eras una dependienta de supermercado normal y corriente ya es bastante imaginativa XD. Pero volviendo al tema, me refiero a las "excusas" para que la protagonista se vea inmersa en un harem inverso sin comérselo ni bebérselo. Las hay muy disparatadas, extravagantes, totalmente inverosímiles o que no tienes ni idea de en qué estaba pensando el que lo escribió.
Por poner algunos ejemplos: tenemos el caso en que la protagonista rompe algún objeto de valor incalculable y, o bien acaba vendida en alguna puja de hombres ricos para pagar la deuda o se convierte en la esclava del dueño del objeto hasta que pague la deuda. Este caso ocurre en juegos como Kissed by the baddest bidder, de Voltage o Bidding for love, de Ciagram.
10- La ilusión de que eres la protagonista
Este punto está muy relacionado con el punto 1 y suele ser la razón o excusa de las empresas para que la protagonista tenga la personalidad de una ameba. Quieren hacerte creer que tú eres la protagonista de la historia y "dejarte tomar tus propias decisiones". Lo que conecta con el punto 6... por que ¿cómo voy a creerme la protagonista cuando las opciones que me dan no tienen nada que ver con lo que yo haría? El tiempo en que los juegos otome sean totalmente interactivos con la persona que los juega y los chicos respondan y reaccionen a nuestras propias palabras está todavía lejos, así que ¿para qué sacrificar una buena historia y una buena protagonista para crear un espejismo que no convence a nadie? Porque la protagonista no sólo no tiene inteligencia o poder de decisión, sino que muchas veces no tiene pasado y no nos cuentan absolutamente nada más allá de dónde trabaja y cómo conoció a los chicos.
Además, esto nos lleva a otra práctica que no me gusta nada: las ilustraciones donde la protagonista no tiene ojos o están tapados por un flequillo anormalmente largo. También respaldado por la misma excusa de "es para que creas que eres tú". Mmmm, empezando porque para que me creyera que soy yo, tendría que tener a un tipo buenorro susurrándome al oído o llevándome a un restaurante de 5 tenedores y, por desgracia, no es así. Por no mencionar que las protagonistas suelen ser de pelo castaño, más o menos largo, y si resulta que soy pelirroja con el pelo rizado, pues poco me voy a sentir identificada. Los ejemplos son infinitos, aunque, por suerte, los dibujantes han empezado a superar su pereza de dibujar ojos femeninos y ya parecen personas y no aliens ciegos.
Voltage solía pecar muchísimo de esto en sus juegos más antiguos, aunque ahora todas sus protagonistas tienen ojos, ¡por fin!
1- La protagonista sin cerebro
Creo que, sin duda, este es el "pecado" que más comenten los juegos otome. Todos nos hemos encontrado alguna vez con una protagonista que no sabe distinguir la derecha de la izquierda y, en consecuencia, toma malas decisiones (o directamente no las toma) o hace cosas que no tienen ningún sentido (o directamente no hace nada). Esto me hace cuestionarme qué razón tienen los chicos guapos, inteligentes y exitosos que la rodean se fijan en ella como si fuera la Venus del universo.
El ejemplo más claro para mí, y razón por la que la serie en la que aparece haya sido un desastre en muchos aspectos a pesar de su potencial, es la odiada Nanami Haruka de Uta no prince-sama. Un anime que no sólo cuenta con seiyuus, música y personajes excelentes, sino que mueve masas por todo el mundo... y tiene una protagonista que podría ser reemplazada por un jarrón en muchas ocasiones y nadie notaría la diferencia. Otro ejemplo podría ser Komori Yui, de Diabolik lovers, una chica que va pasando de mano en mano entre los vampiros como si fuera una bolsa de sangre andante y que se olvida de buscar una salida aún cuando se le presentan las oportunidades. También podemos incluir a Yukimura Chizuru, de Hakuouki, que, aunque no tan sin cerebro como las otras dos, se siente que los chicos, la época y las situaciones que vive le quedan muy grandes y no suele estar a la altura. Hay mucho otros ejemplos, sobretodo en otomes de móviles de los más cliché y centrados sobretodo en darnos escenas subiditas de tono y donde las protagonistas no suelen tener ni poder de decisión ni amor propios.
2- Cuando dices "no" y ellos entienden "sí"
Por que a veces parece que en los otome se habla otro idioma diferente y por más que la chica diga que no o se niegue a hacer algo (me da igual que sea por vergüenza, inseguridad o por que no le da la gana), el chico entiende que le está dando el visto bueno o se está haciendo de rogar. No faltan escenas de "tu boca dice una cosa, pero tu cuerpo dice otra" o "aunque digas que no, sé que te gusta" y un largo etcétera de situaciones donde el chico realmente debería entender que "no" es "NO" y que no debería darle la vuelta a la situación porque a él le convenga. Este "error" del significado de una palabra tan sencilla puede llevar a escenas realmente desagradables donde el chico se pasa de la raya y hace un daño irreparable a la protagonista y que, por ende, nos hace sufrir a los lectores.
Y no digo que no haya ocasiones donde la chica sí se haga de rogar como parte del "juego", pero que lo expresen de otra forma, con respuestas picando o provocando al otro y no con un "no", que tiene que significar eso y sólo eso. Si el chico escucha esa palabra y se para y pregunta qué pasa o por qué, entonces vamos bien, pero si sigue como si nada y encima le quiere dar la vuelta al asunto... pues mal vamos.
Creo que el mayor problema de este tipo de escenas es que habrá gente que pueda creer que en la realidad es lo "normal" o que los chicos se comportan así en todos lados... y nada más lejos de la realidad. Es ficción y puede gustarte una escena picante más o menos, pero en la realidad hay que dejar las cosas bien claritas.
3- El síndrome de la chica hipertrabajadora
Este no sería un problema en sí mismo si sólo contáramos con el hecho de que la protagonista tiene un trabajo, es independiente y lleva las riendas de su propia vida. Todo eso es admirable y da gusto leer la historia de una chica que tiene sueños y aspiraciones laborales y no piensa sólo en casarse, tener hijos y servir a su marido. Hasta ahí bien, pero las protagonistas de muchos otome pecan de exceso de entusiasmo y concentración al trabajar y suele ser razón de que se pongan enfermas, se olviden de comer y dormir y acaben desmayándose. Y pasa en muchos juegos, os lo aseguro. No sé qué les entra de repente, que se vuelven máquinas de trabajar y están hiper convencidas de que tienen que darlo absolutamente todo de ellas, hasta su salud si hace falta.
Un ejemplo es la protagonista típica de los juegos de Voltage. Normalmente están cortadas por el mismo patrón (sobretodo en los juegos más antiguos) y pecan de ser hipertrabajadoras que, en alguna ruta o en todas, acaban desmayándose o poniéndose enfermas. Recuerdo que, por ejemplo, a la protagonista de My forged wedding solía pasarle esto con bastante frecuencia. Y tiene un poco de sentido, porque tenía dos trabajos: camarera y diseñadora floral.
4- Los celos y la posesión significan amor
Este caso también es un clásico. ¿Quién no ha leído alguna vez en un otome frases como "no quiero que mires a otros hombres"; "no te pongas eso delante de nadie que no sea yo"; "no hables con otros hombres o no hables de otros hombres delante de mí" o "me gustaría encerrarte en algún sitio para que nadie más te viera"? ¿Y cuántas veces no han ido seguidas por un "lo hago o lo digo por que te quiero mucho"? Esto también incluye el típico "sé mía" o "no la toques, ella es mía", como si la chica fuera un objeto y no tuviera derecho a decidir. Lo que lleva también a situaciones donde dos chicos se pelean por la chica y hablan de ella como un trofeo o hacen competiciones para "ganarla" y ella no tiene absolutamente voto en el asunto. A lo mejor no quiere quedarse con el ganador y directamente quiere pasar de los dos por ser estúpidos e infantiles... pero, claro, no nos dan esa opción, porque debe sentirse halagada de que dos maromos se peleen por ella en esas condiciones...
Pues bien, los otome tienen esa "costumbre" de hacer ver que los celos o la posesión son sinónimo de amor... cosa que, seamos sinceros y lógicos, no tiene ningún sentido. En el momento en que tu pareja te prohíbe hacer o decir algo o llevar tal ropa, está tratando de controlarte y restringir tu libertad. Los celos no son buenos en ninguna medida ni con ninguna excusa y mucho menos como forma de expresar amor. El que siente celos es porque tiene inseguridad en sí mismo o no confía en la otra persona y eso lo lleva a querer controlar y gobernar la vida del otro para sentirse más "tranquilo".
Uno de los casos más claros y horribles que he leído fue la ruta de Akito en My princess closet. El tipo era tan celoso y posesivo que acabó metiendo a la protagonista en una jaula gigante de pájaros y no la dejaba salir sin su supervisión. Y, oye, ella tan feliz porque así no lo preocupaba y además, ¡le estaba demostrando cuánto la quería y cuánto se preocupaba por ella! Sí, la imagen de la izquierda es totalmente real y el colega ponía esa cara cuando le explicaba a la protagonista lo buena idea que era tenerla allí metida para que nadie pudiera verla. La ruta completa de este tipo no tiene desperdicio en cuanto a abusos y es un caso grave de bipolaridad que debería estar en un manicomio.
Otro claro ejemplo sería Toma, de Amnesia, que también tiene un episodio con un una jaula cuando se vuelve hiperprotector con la protagonista a pesar de que tenía ese aire de hermano mayor protector y comprensivo maravilloso.
Pero el colmo es Torikago no marriage. Este juego nos presenta a una chica que ha perdido a su familia y un amigo de su padre la acoge. Él tiene dos hijos y decide que ella se case con uno de ellos, quién heredará su fortuna. Ya de por sí es bastante malo que restrinjan tus opciones a enamorarte de quién te dé la gana y te obliguen a casarte con un desconocido, pero la cosa "mejora" aún más. Al principio los dos hermanos parecen normales y super majos, pero cuando ella empieza a salir con alguno de ellos, vemos la horrible realidad... El hermano mayor vive obsesionado con una foto de la madre de la protagonista cuando era pequeña y hará lo que sea para que la protagonista se convierta en su "muñeca", literalmente. Comienza a anular su mente y hasta a drogarla para que haga sólo lo que él quiere, encerrándola, vistiéndola como una muñeca y acostándose con ella cuando le apetece. Cuando ella trata de escapar o negarse, al tipo le da por chillar y llorar, pidiéndole que no lo abandone... Una joyita, vamos <.<
Por otro lado, el hermano pequeño tiene un complejo de inferioridad tan grande con su hermano, además de que su padre lo ignora, que decide desquitarse con la protagonista, convirtiéndola en su esclava sexual. Le hace todo tipo de prácticas bastante cuestionables y humillantes, hasta el punto de que la chica se vuelve medio loca y se plantea suicidarse.
Pues bien, cuando todo parece perdido y la protagonista está para el manicomio... ¡oh, milagro! El chico entra en razón, se arrepiente de todo lo que ha hecho y declara su amor incondicional por la protagonista... que lo cree y viven felices para siempre. <.< De verdad, el peor juego de la historia, ni os acerquéis a él. Y lo peor de todo es que es un "otome", un juego para chicas. ¿De verdad hay algunas mujer en el mundo que juegue esto y piense "oye, qué buen juego, qué buena historia, me gustaría que eso me pasara a mí"? Espero que no...
5- El verdadero harem inverso: todos tiran la caña
Por que sí, hay juegos donde te presentan a los chicos disponibles y luego eliges la ruta de uno para tratar de conquistarlo, centrándose en él. También los hay, como el caso de Love tangle, donde la ruta es doble al principio y luego eliges a quién prefieres. Pero también los hay, como My hotel romance o My fake marriage, donde la protagonista tiene acceso a todos los chicos y se convierte en un verdadero haren inverso. Ella puede ir saltando de uno a otro, besándolos o acostándose con ellos si quiere, y luego elige al que más rabia le da. Y, oye, los demás, aún sabiendo del ir y venir de la chica de unas manos a otras, respetan su decisión y todos tan contentos. Lo que critico aquí no es el hecho de la libertad que tiene la protagonista de elegir, lo cual es estupendo, sino que no debería jugar con los sentimientos de los chicos implicados, sobretodo porque no nos gustaría verlo al contrario.
Pero a veces también vemos cómo son los chicos los que no dejan de acosar a la protagonista, aunque ella no esté totalmente de acuerdo con los avances de todos. Por ejemplo, en el juego Double proposal esto pasa constantemente, sin importar la ruta que hayas elegido. Absolutamente todos los demás chicos se lanzarán a por la protagonista como si fueran animales en celo y ella la única mujer de la tierra. La besarán, abrazarán y tratarán de llegar más lejos si nadie los interrumpe, mientras ella no termina de encontrar la manera de decir "no" o darles un empujón, aunque esté locamente enamorada del chico de la ruta. Este tipo de chicos piensan que la única forma de expresar sus sentimientos y hacer que la chica los elija es asaltarla físicamente. Otros juegos parecidos son Several shades of sadism o 7 hotties all my husbands.
No estoy en contra de los triángulos (o demás figuras geométricas) amorosos en los juegos otomes, puede dar situaciones e historias muy buenas y apasionantes... pero todo tratado con buen gusto y respeto por la protagonista, por favor. Que no la traten como un trozo de carne sin sentimientos y piensen que la única forma de que los elija es ver quién la acosa más y mejor físicamente.
6- Cuando echas de menos una tercera opción
O una cuarta, dependiendo de cuántas opciones de decisión te den en el juego. Y es que a veces las opciones no cuadran con lo que "nosotras haríamos realmente". ¿Y si cuando el tipo al que la protagonista acaba de conocer le hace un kabedon y le mira con ojos melosos las única opciones son: 1- mirar hacia otro lado, 2- mantenerle la mirada o 3- decirle que se aparte? ¿Y si en ese momento creo que lo más adecuado es pegarle un empujón o una patada en la entrepierna? Eso, independientemente de las consecuencias porque, seamos sinceras, muchas veces las opciones son meramente aquellas que satisfacen al chico. Es decir, para ganarte su corazón debes elegir las opciones que lo hacen feliz a él, sin importar demasiado lo que la protagonista pueda querer o pensar al respecto. Así se toman la libertad de meterse en tu espacio personal, acosarte verbal o físicamente o hacer lo que les dé la gana, que la chica no osará levantar la voz o defenderse con demasiada credibilidad porque "¡por dios, es rico y/o famoso y super guapo, ¿cómo voy a hacerle un feo?! ¿Qué va a pensar la gente?" Todo esto está unido al siguiente punto de algún modo, cuando la protagonista prefiere dar un paso atrás y tragarse lo que piensa o asiente para no enfadar o molestar al chico.
En juegos como Several shades of sadism, 7 hotties all my husbands, Kissed by the baddest bidder, Scandal in the spotlight y otros de la misma temática y estilo, esta práctica se ve bastante a menudo. Lo que va unido a una protagonista con poca capacidad de decisión y bastante sumisa. Pero la palma se la lleva My fake boyfriend, juego donde las opciones son para echarse a llorar. En una ocasión, donde la protagonista no se había enterado de lo que el chico al que quería gustar le había preguntado, las únicas opciones eran: 1- sí, estoy dispuesta a vestirme de maid; 2- sí, soy una experta en masajes sexuales y 3- sí, quiero tener tu hijo. Literalmente, no me lo he inventado. ¿Para qué van a poner una opción de "perdona, ¿me lo repites" No, eso sería demasiado normal. Pues el juego está llenito de ocasiones así.
7- Pedir perdón en exceso
Sí, porque a veces las opciones de diálogo de la protagonista están llenas de "lo siento" o "pedir perdón", incluso en situaciones donde la chica no tiene que excusarse de nada. Parece el comodín para salir de una situación comprometida o para que el chico en cuestión no se cabree con la protagonista. En estos casos, hacerse a un lado y dejarlo pasar parecen ser las únicas opciones correctas si quieres llegar al final feliz.
También está el suceso donde eliges plantar cara (cuando esa divina opción aparece) y... ¡oh, la chica sólo lo piensa en su cabeza y decide pedir perdón igualmente! <.<
8- Redentora de chicos malos
O lo que es lo mismo, la protagonista sufridora y mártir que tiene que aguantar con todas las mierdas del chico en cuestión porque ha tenido un pasado horrible lleno de traumas, es un antisocial intransigente o un mimado egoísta que hace lo que le sale de las narices.... Uff, ya respiro.
La protagonista está ahí básicamente para aguantar lo inaguantable, ya sea como insultos o abuso verbal, ser utilizada de cualquier forma que se le ocurra al tipo, ser humillada frente a otras personas porque ella no es rica, no tiene un estatus social similar o no tiene un gran trabajo o es directamente menospreciada por ser mujer o por su ¿"menor inteligencia"?
Podríamos decir que son las historias a lo Dysney, donde "el amor lo puede todo" y ella "cura" al chico malo o traumatizado con su paciencia, cariño y buen corazón. Que no digo que no sea romántico y bonito y hay historias donde esto se lleva con mucha delicadeza y buen hacer. Pero si me pones al protagonista masculino cazurro que hace sufrir a la chica un infierno hasta que por fin se da cuenta de que es el amor de su vida y que ha estado tomando decisiones equivocadas, pues, mira, a lo mejor a ella no le merece la pena pasar por todo eso.
Un ejemplo otome podría ser Tokugawa Ieyasu, de Samurai love ballad. Es un personaje que odio bastante cada vez que aparece en las demás rutas, porque se dedica a poner cara de angelito y a enjabonar a sus superiores, mientras maltrata verbal o físicamente a sus vasallos, gente que no le cae bien o de menor estatus... entre ellos la protagonista. No sé cuántos insultos diferentes le ha dicho y cuántas veces ha tratado de propasarse con ella. No me he jugado su ruta y ni pienso hacerlo, porque es un tipo del que es mejor huir. Hay gente que lo adora y dice que luego es super tierno y que en realidad es un tsundere y tal y cual. Me parece estupendo y lo respeto, pero no es para mí.
9- Formas inverosímiles de crearte un harem
Hablando de los comienzos y prólogos de muchos otomes que, francamente, están salidos de mentes con mucha imaginación o falta de ideas lógicas y reales... quitando, por supuesto, que la idea de que un montón de tíos guapos, con dinero y fama se interesen por ti cuando ayer eras una dependienta de supermercado normal y corriente ya es bastante imaginativa XD. Pero volviendo al tema, me refiero a las "excusas" para que la protagonista se vea inmersa en un harem inverso sin comérselo ni bebérselo. Las hay muy disparatadas, extravagantes, totalmente inverosímiles o que no tienes ni idea de en qué estaba pensando el que lo escribió.
Por poner algunos ejemplos: tenemos el caso en que la protagonista rompe algún objeto de valor incalculable y, o bien acaba vendida en alguna puja de hombres ricos para pagar la deuda o se convierte en la esclava del dueño del objeto hasta que pague la deuda. Este caso ocurre en juegos como Kissed by the baddest bidder, de Voltage o Bidding for love, de Ciagram.
También está la estudiante que tiene la feliz idea de trasferirse a un instituto o residencia que hasta hace poco era sólo masculina; el padre o madre super preocupado porque su hija se va a quedar soltera y no quiere morirse sin verla de blanco, así que le presenta a unos cuantos candidatos a marido; la empresa y/o jefe que hace firmar a la protagonista un documento de dudosa legalidad que la obligará a hacer muchas cosas que no quiere bajo amenaza o chantaje; la chica que es transportada al pasado u otro mundo, donde conocerá personajes históricos que han sufrido una transformación maromil de aupa y que se saltarán todas las leyes y tradiciones de la época para casarse con ella; la chica que acaba rodeada de idols, actores y otros tipos muy dotados en las artes escénicas o plásticas porque se convierte en la mánager; la casa llena de vampiros buenorros y sedientos de sangre donde la protagonista queda atrapada contra su voluntad; la chica que pierde la memoria y acaba siendo la "casada" de una docena de tipos que necesitan de una esposa para cenar y reuniones... y un larguísimo etcétera.
Y entiendo que tengan que echar de imaginación para poder poner a varios chicos en el ambiente de la protagonista como si fuera "lo más normal del mundo", quitando la irrealidad del hecho en sí. Que es verdad hay muchas mujeres en el mundo que tienen pretendientes a porrillo, pero el resto de humanillas no tienen tanta suerte.
10- La ilusión de que eres la protagonista
Este punto está muy relacionado con el punto 1 y suele ser la razón o excusa de las empresas para que la protagonista tenga la personalidad de una ameba. Quieren hacerte creer que tú eres la protagonista de la historia y "dejarte tomar tus propias decisiones". Lo que conecta con el punto 6... por que ¿cómo voy a creerme la protagonista cuando las opciones que me dan no tienen nada que ver con lo que yo haría? El tiempo en que los juegos otome sean totalmente interactivos con la persona que los juega y los chicos respondan y reaccionen a nuestras propias palabras está todavía lejos, así que ¿para qué sacrificar una buena historia y una buena protagonista para crear un espejismo que no convence a nadie? Porque la protagonista no sólo no tiene inteligencia o poder de decisión, sino que muchas veces no tiene pasado y no nos cuentan absolutamente nada más allá de dónde trabaja y cómo conoció a los chicos.
Además, esto nos lleva a otra práctica que no me gusta nada: las ilustraciones donde la protagonista no tiene ojos o están tapados por un flequillo anormalmente largo. También respaldado por la misma excusa de "es para que creas que eres tú". Mmmm, empezando porque para que me creyera que soy yo, tendría que tener a un tipo buenorro susurrándome al oído o llevándome a un restaurante de 5 tenedores y, por desgracia, no es así. Por no mencionar que las protagonistas suelen ser de pelo castaño, más o menos largo, y si resulta que soy pelirroja con el pelo rizado, pues poco me voy a sentir identificada. Los ejemplos son infinitos, aunque, por suerte, los dibujantes han empezado a superar su pereza de dibujar ojos femeninos y ya parecen personas y no aliens ciegos.
Voltage solía pecar muchísimo de esto en sus juegos más antiguos, aunque ahora todas sus protagonistas tienen ojos, ¡por fin!
¡Eso es todo! Todavía me quedan muchas cosas que contar, pero lo dejaremos para otra entrada en el futuro. ¡Estad atent@s!
¡Nos leemos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario